sábado, 4 de junio de 2011

INTERVENCIÓN INICIAL DE JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ ZAPATERO ANTE EL COMITÉ FEDERAL DEL PSOE

 Compañeras y compañeros. Deseo hacer un informe político breve, dada la densidad de contenido del Comité Federal que hoy celebramos. Y por tanto, espero que también el debate sea un debate contenido en la extensión, aunque lo más intenso posible en el fondo.

El pasado domingo celebramos elecciones municipales y autonómicas en nuestro país. Autonómicas en 13 Comunidades Autónomas. Permitidme que haga una brevísima referencia, en primer lugar, a lo sucedido en la campaña electoral.

Lo sucedido en la campaña electoral, en primer lugar, porque tuvimos un suceso trágico, que fue el terremoto de Lorca. Desde aquí quiero reiterar nuevamente nuestro apoyo, nuestro compromiso con la población, con los ciudadanos de Lorca y con la tarea de reconstrucción que el Gobierno ha puesto en marcha en colaboración con las diferentes administraciones públicas.

Y, en segundo lugar, hablando de la campaña, me gustaría poner en valor, resaltar y agradecer el gran esfuerzo que el Partido Socialista, que todas las agrupaciones, que todos los candidatos y que todos los militantes han realizado en esta campaña difícil que teníamos por delante.

Al hablar de los resultados electorales, lo primero que deseo hacer hoy es referirme a los que nos han votado. A los 6 millones de ciudadanos que han confiado en las candidaturas del Partido Socialista Obrero Español. Para expresarles, en nombre del Partido Socialista, nuestro más profundo agradecimiento; para decirles que haremos valer sus votos, que defenderemos nuestros compromisos. En la oposición, donde así nos haya correspondido, como en los lugares que vamos a gobernar en Ayuntamientos y Comunidades Autónomas.

Y deseo decir que entendemos más a nadie a los que nos han votado, a los votantes del Partido Socialista, no vaya a ser que a base de tanto entender a los que no nos han votado, hagamos que los que nos votaron nos dejen de entender.

Nos hubiera gustado ganar, como siempre, pero somos un partido que sabe perder. Si somos un partido de gobierno, si somos un partido de mayorías, las derrotas, cuando son duras, nos afectan más. Eso es indudable.

Somos, en efecto, un partido de mayorías, un partido ganador, un partido de demócratas y de gente educada. Por eso, hemos felicitado y hoy reitero la felicitación al PP por la victoria en estas elecciones. Van a asumir una gran responsabilidad gobernando Comunidades Autónomas y Ayuntamientos en toda España y nuestra tarea de oposición será una tarea de oposición constructiva. Exigente, pero constructiva. Muy especialmente para todas aquellas iniciativas y políticas que gobiernos autonómicos y ayuntamientos desarrollen para crear empleo, para afrontar la crisis económica.

La derrota del 22 de mayo no ha sido una derrota dulce, lo sabemos. Pero, para un partido como el nuestro, que tiene el compromiso y la responsabilidad de gobernar España, tiene que ser entendida, por supuesto, con toda la dimensión y el alcance, pero también desde el respeto a las convicciones que tenemos, desde la coherencia y desde la defensa de nuestras posiciones. Porque, compañeras y compañeros, podemos perder votos y perder poder, pero no vamos a perder nuestras convicciones. Podemos perder votos y perder poder, pero no vamos perder jamás nuestro sentido de la responsabilidad.

Este es un proyecto político que sabe, y lo ha demostrado a lo largo de su dilatada historia, renovarse; adaptar y asumir las circunstancias. Lo sabemos hacer y también lo vamos a hacer en esta ocasión.

Pocas dudas hay sobre la lectura del resultado electoral. Es verdad que eran elecciones autonómicas y municipales, pero no es menos cierto que la situación general del país, la situación económica y de paro, ha sido determinante y decisiva, y ha tenido un peso clarísimo en la decisión de los electores. La crisis económica, las políticas de respuesta a la crisis y, especialmente, el efecto más grave de la grave crisis económica: el desempleo, han sido, sin duda alguna, un factor extraordinariamente importante.

Por ello queremos tener muy presente que nuestro principal reto, nuestra principal responsabilidad, es dar una respuesta que cada vez pueda tener más claridad en los resultados, al desempleo y a la perspectiva de la recuperación económica.

La pregunta que cabía hacerse es si este resultado cuestiona nuestro trabajo. Fundamentalmente, nuestro trabajo al frente del Gobierno de España, en respuesta a la crisis económica más grave que hemos tenido que afrontar, desde la consolidación de la democracia en España. Permitidme que os diga que, en mi opinión, no debe cuestionar nuestro trabajo. Sucede que los resultados de ese trabajo aún están por llegar y sabemos, y lo hemos dicho en más de una ocasión, que tardarían, porque la magnitud del cambio que precisa nuestra economía, no permite resultados inmediatos.

Y entiendo que la sociedad quiera esos resultados con carácter inmediato, lo comprendo y lo respeto, pero no haríamos un servicio ni a la sociedad ni a nosotros mismos, si no reafirmáramos que el trabajo que hemos desarrollado, con errores –por supuesto-, es el que necesita la economía española, el bienestar de nuestro país, para recuperar la actividad y para crear empleo, puestos de trabajo, que es la gran angustia, la gran demanda de los españoles. Y sabemos que, aunque vamos a tener unos meses positivos para el empleo, el número de desempleados que ha generado esta crisis exige un gran esfuerzo colectivo y exige que sea el centro de nuestra acción política para el presente y, por supuesto, para el futuro.

Compañeras y compañeros, seré muy claro.

En esta etapa que llevo al frente del partido como Secretario General, con todo vuestro apoyo, con un inmenso apoyo, hemos tenido muchas convocatorias electorales. Hemos ganado la mayoría de esas elecciones, hemos tenido victorias muy destacadas como la de 2004, que debo recordar se produjo después de que el PP hubiera obtenido en las anteriores Elecciones Generales diez puntos de ventaja sobre nosotros, exactamente los mismos que ha obtenido en las elecciones del pasado 22 de mayo. Es verdad que en aquel momento teníamos cuatro años por delante y ahora diez meses, pero el tiempo no es la clave en política, la clave en política es el proyecto, las decisiones y la política en sí misma.

Por tanto, pongamos las cosas en su sitio. Esas victorias, esa mayoría de victorias electorales han sido fruto –debo recordaros- de la unidad, de la cohesión y del proyecto político que hemos defendido ante los españoles. Y la responsabilidad fue colectiva, el mérito, colectivo.

Sé que en estas elecciones, en las elecciones del 22 de mayo, el resultado, la derrota grave que hemos sufrido es, ante todo, mi responsabilidad, porque deriva directamente de la situación de respuesta a la crisis económica. Y ya me conocéis, no soy persona de excusas. Las cosas son así, en mi opinión, y son así objetivamente. Pero debo decir que, con errores, sin duda, he hecho lo que entendía debía de hacer ante la grave crisis económica. Tomar decisiones serias, difíciles, aun consciente de las posibles consecuencias electorales. Pero mi obligación como presidente del Gobierno de España es que nuestro país pueda defenderse por sí mismo, sin ayuda exterior.

Porque esa hipótesis hubiera sido retroceder décadas en el esfuerzo colectivo de bienestar que hemos logrado y nos llevaría décadas recuperarlo. Si mantenemos la capacidad de España para financiarse por sí misma, hacer los cambios y lograr la estabilidad, la recuperación llegará mucho antes y la creación de empleo también. Con la seguridad de que habremos hecho una reforma en nuestro modelo productivo que nos dará sostenibilidad de cara al futuro.

Sabía que tenía que tomar las decisiones que tomé, os agradezco enormemente el apoyo que me habéis dado para tomarlas. Sabía que esas decisiones podían costarnos serias consecuencias electorales. Ahora seguramente todo el mundo entiende cuando dije hace un año, en el mes de mayo, en el Parlamento, que tomaría las decisiones que tendría que tomar por el interés del país, costara lo que nos costara y costara lo que me costara.

Sí, tenemos que seguir con la tarea, con la tarea de culminar los cambios para asegurar la recuperación, aún débil, de la economía. Y para empezar a crear empleo de forma sostenida. Y sigue siendo una tarea no fácil, compañeras y compañeros, lo sabemos entre nosotros y lo sabe la sociedad española.

Estamos ante una tarea de profundo saneamiento de la economía española, de cambio de nuestro modelo de crecer, que tenía rasgos claramente ficticios. Que será el único camino que nos permita recuperar la actividad, crear puestos de trabajo y a medio plazo tener una economía mucho más saludable.

Va a costar verlo y sentirlo por la sociedad española, pero llegará, y entiendo perfectamente que hasta que no se vea y no se sienta, el malestar estará presente entre los ciudadanos. El malestar, la preocupación y la angustia, sobre todo de aquellos que no tienen  un empleo y lo buscan con gran ansiedad.

Debo deciros que, respondiendo a vuestro mandato, a nuestras señas de identidad, a nuestra visión de la sociedad, a nuestros principios de solidaridad, he procurado, como determinación fundamental, mantener al máximo la cohesión social de nuestro país, dentro de los límites que la grave crisis nos ha impuesto. Y para ello, podemos decir, y debemos repetir, que tenemos hoy el nivel de protección social más alto de la historia de nuestro país.

Pero sabemos que ese no es hoy el centro del debate. Ni es el centro de la preocupación de la ciudadanía. Sobre todo de la ciudadanía que ha sufrido más directamente la crisis. Lo que pesa, lo que ha pesado en la jornada electoral, lo que pesa hoy en la sociedad española, es la perspectiva de recuperar actividad y de generar empleo. Pero debo deciros y recordaros que he procurado mantener el máximo esfuerzo en la cohesión social. No voy a dar ninguna cifra hoy: creo que no es el momento ni el lugar; las conocéis, pero quedaros con esa idea: tenemos la mayor protección social de la historia de nuestro país.

La tarea que enfrentamos hace dos años y que hoy sigue con la misma intensidad, es una tarea hercúlea. Se trata, nada más y nada menos, de pasar de una economía y un país fuertemente endeudado y bajamente productivo, a una económica con un endeudamiento sostenible y productivo. Se trata de pasar de una economía que necesitaba un volumen insostenible de financiación exterior para crecer, a una economía que sea capaz, por si misma, de generar el producto suficiente para ese crecimiento.

Nunca ya más podremos vivir como se ha vivido durante más de 15 años: de un crecimiento sostenido en el crédito externo. Tenemos que ser capaces de hacer que la economía se sostenga en nuestras propias fuerzas, en nuestra propia capacidad productiva y en índices altos de competitividad. Y para esa tarea, repito, hercúlea, estamos dando los pasos que apuntan los resultados adecuados: la productividad está aumentando, el endeudamiento se contiene, la necesidad de financiación exterior se reduce. Lo hacemos ante todo por nosotros mismos, pero también por nuestros compromisos con la moneda común y con la Unión Europea.

El endeudamiento y la baja productividad es una historia de la economía española que se arrastra desde hace aproximadamente 15 años. Desde hace 12 anteriores al momento de la crisis. Y por tanto necesitamos un periodo de tiempo razonable -llevamos dos en el empeño- para lograr revertir la situación. Aun queda mucha tarea por hacer y las dificultades no han desaparecido del escenario financiero y económico. No han desaparecido por la situación de Grecia y, en consecuencia, tenemos que estar con la guardia muy alta, vigilantes y cumpliendo los compromisos que hemos establecido.

Esa tarea por hacer tiene que ver con la culminación de la reforma del sistema financiero, imprescindible para que genere el crédito y permita animar la economía. Tiene que ver con la culminación de las reformas en el ámbito del mercado de trabajo, de manera singular con la negociación colectiva, para permitir que las empresas se adapten a las circunstancias económicas y tengamos más flexibilidad en el marco laboral. Tiene que ver con la extensión, el apoyo y la profundización en la formación, en la Formación Profesional, en la educación con carácter general, en el esfuerzo innovador y en la internacionalización de nuestra economía que arroja resultados muy positivos, como hemos comprobado con las cifras de exportación.

La productividad es la llave, el esfuerzo, colectivo, del Gobierno, de empresarios, de sindicatos y ojala fuera también de la oposición.

Esa tarea la hemos hecho en gran parte con acuerdos sociales, y la queremos seguir haciendo con acuerdos sociales. Es la expresión más nítida de un proyecto socialdemócrata y también la decisión más eficaz para que las medidas, los cambios, las innovaciones, produzcan resultados eficaces y que estos sean cuanto antes.

De ahí mi determinación de completar la tarea y, por tanto, la legislatura. Todos sabéis que, en este caso, suena más creíble que nunca que esa determinación personal responda únicamente al interés general de nuestro país; al interés de la recuperación económica; al interés de la estabilidad financiera, al interés de la recuperación del empleo. Tengo esa profunda convicción, que se convierte en una total determinación para llevar adelante la tarea de recuperar la fortaleza económica de España, la salida de la crisis y, por tanto, la recuperación del empleo.

Compañeras y compañeros, os dije que no quería hacer una intervención larga, y como tenemos muchos temas en el orden del día, permitidme que entre ahora en algún otro tema de máxima trascendencia que tenemos que abordar en este Comité Federal, más allá del análisis político de las elecciones y de los pasos que tenemos que dar para afrontar la situación económica y política.

Hay otras tareas de gran calado en este Comité Federal. Tareas decisivas para el proyecto político del Partido Socialista. De este partido socialdemócrata de tanta historia, y que es referencia para los partidos socialdemócratas de toda Europa.

Porque, tal y como acordamos el pasado 2 de abril, –parece que hace mucho tiempo ya-, hoy ponemos en marcha el proceso para elegir candidato a la Presidencia del Gobierno de España para las elecciones del 2012. Hoy, si así lo decide el Comité en un punto posterior, podremos ya formular propuestas para la candidatura a la Presidencia del Gobierno de España.

Por supuesto que vamos a respetar los procedimientos y las normas de los estatutos para la elección del candidato a la Presidencia del Gobierno. Sabéis que ésta es una decisión trascendente en un partido político, y nunca fácil, pero presiento que va a salir muy bien.

Ayer me reuní con todos los secretarios generales de las distintas federaciones - vaya de antemano que agradezco su actitud constructiva y responsable-. Hablamos de esta decisión, y ante esta decisión coincidimos en que los ciudadanos  y los compañeros nos piden unidad, y se la vamos a dar. Que ante esta decisión, los ciudadanos y los compañeros nos exigen que la cerremos cuanto antes y nos volquemos en la economía y en el empleo, y lo vamos hacer. Y que, ante esta decisión de nombrar al candidato a presidente del Gobierno de España, nos exigen generosidad, y la vamos a tener.

Somos un partido que tiene acreditado que sabe ejercer su responsabilidad y, desde el respeto al proceso democrático, y aunque se sustancia en el siguiente punto del orden del día, sí os quiero trasladar que ayer todos los secretarios generales expresamos un deseo: que el candidato a la presidencia del Gobierno sea Alfredo Pérez Rucalcaba

Sobre Alfredo Pérez Rubalcaba no voy a extenderme demasiado. Con mis decisiones, que le han afectado, con los compromisos y las responsabilidades que le he pedido que asumiera en esta etapa, es más que suficiente. Pero sí quiero decir alguna cosa.

Tiene todas las cualidades para la responsabilidad, todas. Tiene y es capaz de generar toda la confianza y la credibilidad que el partido necesita en este momento. Es –permitidme que piense y lo exprese de esta manera con tanta contundencia – la persona que quieren nuestros compañeros y nuestros votantes. Es querido y apreciado por los  nuestros. Respetado por los adversarios. Y temido por algunos, por los terroristas de ETA, y sé  bien de lo que hablo.

Alfredo Pérez Rubalcaba, además, tiene otras condiciones. Si es candidato, va a tener ante sí una tarea de un gran esfuerzo, pero debo recordar que alguien que es un sprinter, alguien que es capaz de haber corrido 100 metros en poco más de 10 segundos, es capaz de ganar en diez meses unas elecciones.

Ahora, y en este caso también sé de lo que hablo, ahora hagamos el esfuerzo de unidad y de generosidad colectiva que nos piden, nos exigen, y con razón. La unidad la tenemos al alcance de la mano. La generosidad es un esfuerzo de todos, colectivo, de todos los compañeros de este Comité y, por supuesto, de todos los militantes. Generosidad como la que ha tenido Carme Chacón, a quien agradezco su actitud y su valía. A mí me gusta hablar bien de todos los compañeros y de todas las compañeras.

Algo muy especial os quiero pedir, muy especial: cuando nominemos al candidato, cuando sea formalmente candidato, démosle todo el apoyo. Quiero que le deis, al menos, el apoyo que yo le voy a dar. El apoyo y algo más, el apoyo y algo más: el apoyo y la defensa del candidato. Defendámosle, defendámosle de las críticas ante los periodistas, ante los amigos, no cedamos un ápice de terreno en este combate. Apoyar y defender, eso es lo que tenemos que hacer. Hagámosle todo lo fuerte que podamos, porque su fuerza es nuestra fuerza, va a ser la fuerza de nuestro proyecto y la capacidad de recuperar una mayoría social en las próximas elecciones.

Ahora será vuestro turno y tengo el convencimiento de que esa confianza que yo expreso en quien ayer tuvo el respaldo unánime de los secretarios generales está también en vuestra convicción. Pero, además, compañeras y compañeros, tenemos otra tarea tan relevante como la nominación del candidato, que es nuestro proyecto programático.

En estos últimos días, que han sido intensos, no vamos a negarlo, ha habido bastantes compañeros que han expresado la necesidad de un debate sobre las ideas, sobre la propuesta programática. Coincido con esa necesidad. La socialdemocracia que gana es la socialdemocracia capaz de renovar su proyecto, capaz de buscar el futuro, de luchar por interpretar el presente. Y para ello vamos a proponer la celebración de una Conferencia Política en la que se fijen las bases programáticas de nuestra plataforma para las próximas elecciones y para el futuro de los próximos años.

Compañeras y compañeros, tengamos presente que nuestra tarea es, y ha sido siempre, defender el interés general, la responsabilidad con España, el mantenimiento de las señas de identidad de nuestro proyecto. A veces esa tarea, lo sabemos bien, exige sacrificios e incluso pagar algún precio alto. Sacrificio como en este caso, en un mal momento, es perder poder, retroceder seriamente en el apoyo electoral.

Pero no olvidemos, no olvidemos, no olvidemos, que el auténtico sacrificio y el mal momento quien lo está pasando de verdad son las personas que buscan su empleo, que tienen dificultades y que contemplan el futuro con angustia. Esa tarea es la que nos debe, ante todo, comprometer en ese debate de las ideas. La tarea de que esa generación que algunos dicen que está perdida –no es la primera vez que se dice esto en la sociedad española y luego no fue así– tenga una expectativa, una expectativa real de confianza en nuestro país, de confianza en sus posibilidades. Nadie como nosotros puede ofrecerle esa alternativa. Nadie como un proyecto socialdemócrata, capaz de asumir los cambios, pero de mantener los principios de la igualdad de oportunidades y de la solidaridad.

Ahora toca, en este debate, que hagamos toda la autocrítica necesaria, pero no más de la necesaria, ni de la que merecemos. Los ciudadanos que nos han votado y los que no nos han votado, pero nos pueden votar en las elecciones generales, están pendientes de qué les decimos a ellos y no sólo de qué nos decimos entre nosotros.

En esta etapa difícil, objetivamente difícil, he aprendido algunas lecciones inolvidables. La primera, la que quiero dejar hoy aquí por encima de cualquier otra: vuestro valor, vuestra generosidad, vuestra coherencia y vuestra lealtad apoyando la política del Gobierno. Estará siempre presente en mí. Y podéis tener la convicción de que es lo que teníamos que hacer.

Ahora tenemos una tarea de presente, pero, ante todo, tenemos una tarea de futuro. El Gobierno va a hacer la tarea de presente, al partido le corresponde la tarea de futuro. Y si algo caracteriza al Partido Socialista Obrero Español es que tiene la fuerza para representar a la mayoría social de los españoles. Lo hicimos en 1982, en 1986, en 1989, en 1993, en 2004, en 2008 y, ¿ por qué no en 2012?. Alfredo, ¿por qué no en 2012?. Yo creo que sí Alfredo, que podemos hacerlo en 2012. Gracias.

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